martes, 13 de marzo de 2012

La enfermedad Holandesa

Aprovecho el siguiente artículo para ver el concepto de "enfermedad holandesa"

Curando nuestra enfermedad holandesa - EL PAÍS 6/2/12

“La demanda desproporcionadamente elevada de empleos que no requieren más que saber leer y escribir no va a volver nunca”

Un pequeño resumen del artículo:

En 1959, Holanda descubrió enormes yacimientos de gas natural en el mar del Norte. Este descubrimiento, que incrementó mucho la riqueza del país, produjo un influjo de capitales y una revaluación del florín que llevaron a la destrucción del sector manufacturero del país. Este síndrome, que hubiera resultado muy familiar a los españoles del Siglo de Oro, es conocido desde entonces como la enfermedad holandesa, y la sufren países que descubren de repente un recurso natural muy valioso.

En los últimos 15 años, España no encontró petróleo. Pero el sol y el ladrillo, y su (supuesta) demanda por parte de los extranjeros, fue nuestro petróleo.

Pero nuestra variante de la enfermedad holandesa tiene una peculiaridad novedosa con respecto a la experiencia previa y muy dañina a largo plazo: las ocupaciones hacia las que se orientaba la demanda -caricaturizando, poner ladrillos o poner cafés- requerían un nivel educativo muy bajo. El salario de los menos educados creció, durante este periodo, más rápidamente que el de los más educados. El resultado fue un incremento del abandono escolar y la parada brusca de la convergencia educativa con nuestros vecinos del Norte.

¿Resultados?

La economía española ha perdido 2,7 millones de personas empleadas. Pues bien, el 80% de esta caída se concentró en personas con un bajo nivel educativo (enseñanza secundaria obligatoria o menos).

En definitiva, casi tres millones de nuestros parados tienen un nivel educativo bajo (ESO o menos), y solo algo más de la mitad de estos alcanza el título de ESO. Esta es la realidad a la que nos tenemos que enfrentar. Mientras los hombres con educación superior entre 35 y 54 años de edad y nacidos en España trabajan prácticamente todos (el 95%), solo el 60% de los que tienen solo primaria en ese grupo de edad de edad trabajan hoy.

¿Qué hacer?

Los poderes públicos deben hacer lo posible por formar a los que, equivocadamente, abandonaron las escuelas siguiendo la dirección que parecía marcar el mercado laboral en el boom. Y deben hacer reformas educativas conducentes a reducir drásticamente el abandono escolar. Es difícil pensar en una prioridad más importante de la labor de gobierno. Por su parte, los que abandonaron su educación deben hacer lo posible por formarse. La formación no es una garantía, pero los datos muestran que supone una diferencia importante. Si es posible, hay que volver al colegio o instituto.

Sin invertir todo lo posible en formación, no hay futuro, ni para España ni para nuestros parados.




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